Llueve y hace frío, ¿qué pega comer hoy? Síiiii, ¡tortillitas de bacalao!
No sé si cantar ayer por Estrella Morente ayudó al chaparrón: Manueela, manueelaaa, la más bonita de la plazueeeeela. Manueeeeeelaaa, ¡ayyyyy! Afortunados los que no me habéis oído cantar; los que sí, solo imaginar cómo canto flamenco, os tiene que dejar una sensación aguda en los oídos, como un pitiiiiiiiiiido. ¡Mejor ni imaginarlo!
Pero oye, mis dotes de chamán de la lluvia pueden resultar muy útiles. El agua es un bien muy preciado y si no, mirad otra vez la última factura.
El gen del cante desafinado viene de familia, aunque no siempre ha sido así. Llegó a mí, y a mi madre, pero no a mi abuela María, que tenía buena voz. Parece que todavía la oigo cantar "Ese toro enamorado de la Luna" (bien cantado, no la versión pachanguera). Lo mismo que todavía la recuerdo poniendo en la mesa una bandeja llena de estas deliciosas tortillitas de bacalao. Por eso, os presento con orgullo la receta de tortillitas de bacalao de mi abuela. Por mi abuela María, que siempre recuerdo al hacer esta receta.
La receta
Esta receta da para opiniones diferentes: a unos les gusta más tipo buñuelo, a otros sin miel, menos bacalao, etc. Yo me quedo con las crujientes y con un chorreón de miel de caña. Las cantidades que doy son aproximadas y se pueden ajustar dependiendo de los gustos. Aunque se pueden comer en cualquier momento del año, a mí me resultan más apetitosas en días fríos de lluvia. Si estáis esperando la lluvia para poder hacerlas, no os precupéis, que ahora me pongo a cantar unas coplillas de Javier Limón... ¡Qué es broma!
Ingredientes (Para 4 personas / 20 min preparación, 10 min de cocción)
- un trozo de bacalao seco de 3 dedos de ancho por 2 de largo
- 5 dientes de ajo
- Perejil fresco al gusto (solo las hojas)
- 4 cucharadas colmadas de harina
- 1 cucharadita rasa de levadura (si se quiere tipo buñuelo, se puede añadir un poco más de levadura y un huevo)
- 3 ó 4 hebras de azafrán
- 1/2 sobre de colorante alimenticio tipo El Avión
- 400 ml de agua
- aceite de oliva
- miel de caña
Preparación
1. Se quita la piel del bacalao y se desmenuza en partes pequeñas teniendo cuidado de que no se nos quede ninguna espina. Se pone en un bol, al que añadimos el agua. Dejamos deshalar el bacalao mientras preparamos el resto de los ingredientes.
2. Se pica el ajo y el perejil muy fino.
3. En un bol mediano, se mezcla la harina, la levadura, el azafrán en hebra y el 1/2 sobre de colorante alimenticio. A continuación se añade el ajo y el perejil.
4. Cuando el bacalao está blandito, se saca del agua y se añade al bol. Se mezcla todo bien.
5. Se va añadiendo el agua de desalar el bacalao a la mezcla hasta obtener una masa un tanto líquida, pero no clara. No es necesari utilizar todo el agua.
6. Se pone 2 dedos de aceite de oliva en una sartén pequeña y calentamos a fuego alto.
7. Aparte, preparamos una bandeja mediana con un base de servilletas de papel, que nos servirá para absorber el aceite sobrante de las tortillitas fritas.
8. Cuando el aceite está caliente, hacemos una prueba de la masa. Vertimos con cuidado una cuchara de la mezcla en forma de nubecilla y dejamos que se dore. Cuando emieza a dorarse, la masa se despega del fondo de la sartén. Es entonces cuando podemos comprobar si tiene el dorado a nuestro gusto y darle la vuelta. Cuando está dorada por los dos lados, la sacamos y dejamos enfriar en la bandeja. Se retira el aceite del fuego mientras tanto. Probamos la tortillita para ver si necesitamos corregir de agua o harina. Este paso es totalmente opcional.
9. Se vuelve a poner la sartén en el fuego hasta que esté caliente. Se vierten cucharads de masa con unos dos cm de distancia de una a otra y se doran por los dos lados. Cuando tiene el dorado preferido, se escurren y dejan enfriar en la bandeja.
10. Antes de que estén frías (perderán el crujiente), se colocan en un plato. Se sirve junto con un cuenquecito de miel de caña o se pone la miel sobre nuestro plato directamente. Y nada de finuras, se coge con los dedos y se moja en la miel. ¡Qué aproveche!
- un trozo de bacalao seco de 3 dedos de ancho por 2 de largo
- 5 dientes de ajo
- Perejil fresco al gusto (solo las hojas)
- 4 cucharadas colmadas de harina
- 1 cucharadita rasa de levadura (si se quiere tipo buñuelo, se puede añadir un poco más de levadura y un huevo)
- 3 ó 4 hebras de azafrán
- 1/2 sobre de colorante alimenticio tipo El Avión
- 400 ml de agua
- aceite de oliva
- miel de caña
Preparación
1. Se quita la piel del bacalao y se desmenuza en partes pequeñas teniendo cuidado de que no se nos quede ninguna espina. Se pone en un bol, al que añadimos el agua. Dejamos deshalar el bacalao mientras preparamos el resto de los ingredientes.
2. Se pica el ajo y el perejil muy fino.
3. En un bol mediano, se mezcla la harina, la levadura, el azafrán en hebra y el 1/2 sobre de colorante alimenticio. A continuación se añade el ajo y el perejil.
4. Cuando el bacalao está blandito, se saca del agua y se añade al bol. Se mezcla todo bien.
5. Se va añadiendo el agua de desalar el bacalao a la mezcla hasta obtener una masa un tanto líquida, pero no clara. No es necesari utilizar todo el agua.
6. Se pone 2 dedos de aceite de oliva en una sartén pequeña y calentamos a fuego alto.
7. Aparte, preparamos una bandeja mediana con un base de servilletas de papel, que nos servirá para absorber el aceite sobrante de las tortillitas fritas.
8. Cuando el aceite está caliente, hacemos una prueba de la masa. Vertimos con cuidado una cuchara de la mezcla en forma de nubecilla y dejamos que se dore. Cuando emieza a dorarse, la masa se despega del fondo de la sartén. Es entonces cuando podemos comprobar si tiene el dorado a nuestro gusto y darle la vuelta. Cuando está dorada por los dos lados, la sacamos y dejamos enfriar en la bandeja. Se retira el aceite del fuego mientras tanto. Probamos la tortillita para ver si necesitamos corregir de agua o harina. Este paso es totalmente opcional.
9. Se vuelve a poner la sartén en el fuego hasta que esté caliente. Se vierten cucharads de masa con unos dos cm de distancia de una a otra y se doran por los dos lados. Cuando tiene el dorado preferido, se escurren y dejan enfriar en la bandeja.
10. Antes de que estén frías (perderán el crujiente), se colocan en un plato. Se sirve junto con un cuenquecito de miel de caña o se pone la miel sobre nuestro plato directamente. Y nada de finuras, se coge con los dedos y se moja en la miel. ¡Qué aproveche!
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